Rompiendo mitos
Cuando escuchamos sobre mujeres empoderadas podemos relacionar estos términos con feminismo o lucha de igualdad por parte de las mujeres. Existe también la idea que este es un tema que corresponde únicamente a las mujeres y ellas solas lo hacen posible. En este artículo voy a explicar por qué el empoderamiento femenino es tan importante para el crecimiento de los países y por qué es un tema que nos incluye a todas y todos si realmente queremos hacer un cambio y crecer como sociedad.
Primero quiero definir “mujeres empoderadas”, Según el Banco Mundial:
El empoderamiento es el proceso de aumentar la capacidad de los individuos o grupos para tomar decisiones y transformar esas elecciones en acciones y resultados deseados.
El empoderamiento es un proceso. A través del proceso, una persona se convierte en un agente de cambio. En pocas palabras, es el factor «puedo hacer», pasando de «no puedo» a «puedo».
Diversos estudios han comprobado que acciones a favor de cerrar la brecha de género, de promover la equidad de género y de empoderar a las mujeres, se traducen en impulsar las economías sostenibles, y las sociedades y la humanidad en su conjunto se benefician al mismo tiempo.
Ahora un poco de cifras:
- Las niñas representan el 60 por ciento de la población infantil del mundo que no están en la escuela
- Al menos dos tercios de los adultos analfabetos del mundo son mujeres
- Las mujeres representan el 60 por ciento del personal en situación de pobreza que ganan menos de US $ 1 por día
- Las mujeres son más propensas que los hombres a trabajar en los sectores peor pagados, empleo asalariado informal o no estándar. A nivel mundial, hay 122 mujeres de entre 25 y 34 años que viven en condiciones de pobreza extrema por cada 100 hombres del mismo grupo de edad.
También está comprobado que históricamente las mujeres han tenido que enfrentarse a más situaciones de desventajas, discriminación, barreras sociales y económicas.
Igualdad de Género y Mujeres Empoderadas
La igualdad de género se correlaciona positivamente con un mayor PIB per cápita ya que la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo genera un mayor crecimiento económico. Cuando las mujeres están empoderadas y pueden exigir sus derechos, ejercer liderazgos, aprovechar oportunidades de educación y empleo, sin duda alguna, las economías crecen. Si queremos aprovechar ese potencial, y lograr la igualdad entre hombres y mujeres como población que promueve el desarrollo, debemos por todos los medios eliminar las violencias contra las mujeres y las niñas.
En los últimos años hemos visto el surgimiento de colectivos y propuestas que buscan acabar con estas injusticias y promover el empoderamiento de las mujeres, no solamente porque es una necesidad, también porque es lo justo para reivindicar el lugar de las mujeres en la sociedad.
Si bien, entre mujeres hemos estado atentas y disponibles para colaborarnos y apoyarnos, para hacer un cambio notablemente mayor, es importante incorporar la acción de la sociedad, los gobiernos, las corporaciones y examinar nuestros paradigmas de pensamiento. Algunas instituciones ya han implementado políticas y prácticas a favor del empoderamiento, sin embargo aún nos queda una labor muy larga en relación con los paradigmas. Nos enfrentamos a estereotipos como “la mujer es el sexo débil” entre muchos otros, campañas publicitarias que promueven los estereotipos, y a una cultura que no está acostumbrada a tomar medidas y romper viejas tradiciones que afectan el crecimiento y desarrollo de las mujeres.
Por eso, mi invitación es mirar más allá de estereotipos o de sesgos que nos impiden movernos hacia un futuro sostenible y equitativo, en vez de aferrarnos a viejas ideas que impiden lograr la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. El empoderamiento es un trabajo en equipo, juntos lo hacemos posible.
«Una motivación para el empoderamiento de las mujeres es básica equidad y decencia. Las chicas jóvenes deberían tener exactamente las mismas oportunidades que los chicos tienen para llevar vidas plenas y productivas. Pero segundo, el empoderamiento de las mujeres es economía inteligente. (…) De hecho estudios demuestran que las inversiones en mujeres producen grandes beneficios sociales y retornos económicos «. Robert B. Zoellick – Presidente Banco Mundial 2007 – 2012
